cada vez mas nos acercamos a una época en la que muchas de las labores realizadas comúnmente por los seres humanos, sean hechas por robots. El alto nivel de precisión y la necesidad imperiosa intervención en actividades en las que la vida humana no se exponga, hacen esta posibilidad tan cercana, que ya dista mucho de ser ciencia ficción.
Uno de los principales campos donde sería aplicable esta tecnología es la guerra. El incremento de maniobras tácticas de entrenamiento ya no sería necesario con la entrada de drones, robots y androides que las realicen.
A medida que se transforma el carácter de operaciones militares, también aparecen actores nuevos en las guerras contemporáneas. Reclutas y contratistas ceden su nicho a profesionales y empleados de compañías militares privadas, los hombres a las mujeres y los robots reemplazan a las personas.
A juzgar por los modelos de traje militar, equipamiento y tareas diseñados recientemente en países como Alemania, España o EE.UU. en un futuro próximo los soldados se convertirán en unidades de combate extraordinariamente caras y técnicamente complejas. Para aprovechar todas las ventajas de este equipamiento se demandará que los ejércitos del futuro cuenten con un personal bien capacitado.
El material bélico también es cada vez más avanzado y, en consecuencia, operarlo es más difícil. Los ejércitos necesitarán de especialistas con muy buena formación, lo que hará que muchos profesionales militares dediquen toda su vida laboral al sector. Por ello decenas de países ya han abolido la leva obligatoria o la combinan con la contratación de militares profesionales.
Al mismo tiempo algunas de las funciones que en el pasado eran exclusivas de las fuerzas armadas se están privatizando. Los gobiernos exteriorizan cada vez más tareas a empresas militares privadas, como la tristemente conocida Academi. En los últimos siete años el mercado de servicios en materia de seguridad ha aumentado un 50% a escala mundial. Se trata de uno de negocios más crecientes y más prósperos de la actualidad.
Los soldados estadounidenses que patrullan áreas lejanas estarán acompañados de robots autónomos programados para explorar la zona con visores térmicos y que podrán enviar las imágenes a centros de mando.

Del mismo modo, los pelotones de soldados de infantería recibirán en las montañas ayuda de una caravana de robots que lleven agua extra, municiones y equipos de protección.
Estos escenas no corresponden a un futuro lejano, sino que se harán realidad dentro de unos 10 años, según expertos en robots y el mando militar estadounidense.
"Los robots permitirán [a los soldados] ser más letales y ver mejor lo que les rodea", señaló el teniente coronel Willie Smith, el jefe de la división de los vehículos terrestres no tripulados en el centro de entrenamiento de Fort Benning, Georgia, EE.UU., citado por el portal Computerworld.
Uno de los principales campos donde sería aplicable esta tecnología es la guerra. El incremento de maniobras tácticas de entrenamiento ya no sería necesario con la entrada de drones, robots y androides que las realicen.
A medida que se transforma el carácter de operaciones militares, también aparecen actores nuevos en las guerras contemporáneas. Reclutas y contratistas ceden su nicho a profesionales y empleados de compañías militares privadas, los hombres a las mujeres y los robots reemplazan a las personas.
A juzgar por los modelos de traje militar, equipamiento y tareas diseñados recientemente en países como Alemania, España o EE.UU. en un futuro próximo los soldados se convertirán en unidades de combate extraordinariamente caras y técnicamente complejas. Para aprovechar todas las ventajas de este equipamiento se demandará que los ejércitos del futuro cuenten con un personal bien capacitado.
El material bélico también es cada vez más avanzado y, en consecuencia, operarlo es más difícil. Los ejércitos necesitarán de especialistas con muy buena formación, lo que hará que muchos profesionales militares dediquen toda su vida laboral al sector. Por ello decenas de países ya han abolido la leva obligatoria o la combinan con la contratación de militares profesionales.
Al mismo tiempo algunas de las funciones que en el pasado eran exclusivas de las fuerzas armadas se están privatizando. Los gobiernos exteriorizan cada vez más tareas a empresas militares privadas, como la tristemente conocida Academi. En los últimos siete años el mercado de servicios en materia de seguridad ha aumentado un 50% a escala mundial. Se trata de uno de negocios más crecientes y más prósperos de la actualidad.Los soldados estadounidenses que patrullan áreas lejanas estarán acompañados de robots autónomos programados para explorar la zona con visores térmicos y que podrán enviar las imágenes a centros de mando.
Del mismo modo, los pelotones de soldados de infantería recibirán en las montañas ayuda de una caravana de robots que lleven agua extra, municiones y equipos de protección.
Estos escenas no corresponden a un futuro lejano, sino que se harán realidad dentro de unos 10 años, según expertos en robots y el mando militar estadounidense.
"Los robots permitirán [a los soldados] ser más letales y ver mejor lo que les rodea", señaló el teniente coronel Willie Smith, el jefe de la división de los vehículos terrestres no tripulados en el centro de entrenamiento de Fort Benning, Georgia, EE.UU., citado por el portal Computerworld.
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